Gregorio de Nisa. San
        [925] (335-394)

 
   
 

   Obispo de Nisa (en Capadocia) y Padre primitivo de la Iglesia. Nació en Neocesarea (hoy Niksar, Turquía) el año 335. Fue el hermano menor de San Basilio. Contrajo matrimonio muy joven; pero, a la muerte de su mujer, ingresó en el monasterio fun­dado por su hermano en el Ponto, cerca del río Iris.
    Hombre humilde y dado a la oración, tuvo que aceptar que su hermano le designara y ordenara Obispo de Nisa el año 371, a pesar de su repugnancia por cualquier cargo y la vida pública.
    Poco dado a las polémicas, tuvo que enfrentarse a los arrianos de su Diócesis y de la región. Los arrianos acusaron a Gregorio de ser obispo intruso y de malgastar los fondos de la Iglesia.
    Declarado culpable, se exilió de Nisa entre el año 376 y el 378. Cuando regre­só, a la muerte del Emperador Valente, siguió su lucha antiarriana, sobre todo en el Concilio de Constantinopla, en 381.
   Al año siguiente fue encargado de la organización de las iglesias de Arabia, en cuya tarea se encontró de nuevo con las disensiones y los grupos herejes. Regresó a su Diócesis donde predicó y escribió hasta su muerte el año 394.
   Gregorio es famoso como teólogo por sus escritos apologéticos, como el “Dis­curso contra Eunomio”, que es la defensa del Credo de Nicea, "Contra Apolinar", que sigue la misma línea de explicar la doctrina recta, y "Apología para el Hexameron".
    Prácticas y muy asequibles son sus obras más doctrinales: "De la creación del hombre" y "Sobre la vida de Moisés". En ellas refleja una gran inquietud por la instrucción del pueblo y no tanto por las polémicas doctrinales.
    Ante el lecho de su hermana Macrina moribunda, escribió "Del alma y la resurrección". Tiene un hermoso tratado de catequesis en su "Gran catequesis", que es una defensa de la fe cristiana contra judíos y paganos. Y catequístico son "Sobre la fe", que un tratado contra los arrianos y "Diez silogismos", que va dirigido contra los apolinaristas, aliados a los maniqueos.
   Además se conservan "Cartas", "Dis­curso y Sermones", todos ellos sembrados de inquietudes por la instrucción cristiana del pueblo sencillo y reflejo de su incansable celo por la extensión de la verdad.